viernes, 31 de enero de 2014

[PETER's LOG #1] DE REGRESO AL GYM (THE BEGINNING)



Mi nombre es Pedro Muñoz, mejor conocido en Magdalena, Hermosillo, Santa Ana, Nogales y algunas partes de Obregon, Phoenix y Tucson como “El Peter”, diseñador/digitalizador de tiempo completo en PENN-MEX, y videógrafo de medio tiempo. Amante de la música, la fotografía, las MMA, la televisión, el cine, entre otras cosas.

Como lo mencione en un artículo anteriormente, he vuelto al gimnasio a entrenar como es debido sin pláticas excesivas, sin distracciones, bien hidratado, y con forma estricta para cada ejercicio, cosa que me sorprende bastante no ver a los demás usuarios de dicho gimnasio hacer. (De hecho no me sorprende, siempre ha sido así.)...

 Todo mundo tuvo la intención de entrar al gimnasio o hacer una dieta por eso de los ritos de año nuevo y sus propósitos, en este caso, yo lo hice. Dije “este 2014 voy a volver al gimnasio y me dejare de pendejadas.” Y así fue.

 Sé que no es nada fácil entrar a un gimnasio, adaptarte al horario, comenzar una dieta, perder el miedo, etc… pero más difícil es, volver a comenzar desde cero todos tus logros en cada ejercicio. Ya no levantas lo mismo, ya no aguantas lo mismo, todo te duele intensamente de nuevo por semanas, en fin, fue un martirio volverme a acostumbrar a todo eso y recuperar un poco de la fuerza perdida.

Hoy será mi tercera semana completa desde el 13 de Enero que volví, y no me puedo sentir mejor físicamente. Hace un año y medio deje el gimnasio debido a una lesión, y por experimentar en eso de las MMA, cuando me di cuenta que el horario es mi peor enemigo, conforme iba teniendo más trabajo mis horas productivas se reducían, así que ese fue el principal motivo por el cual deje tanto tiempo de ir. Pero otro motivo fue, el exceso de confianza, el decir “ya tengo buen cuerpo, la gente siempre me pide consejos... Ha de ser porque me ven bien, me alimento bien, tengo la cintura pequeña y llevo más del año que no voy y aun me conservo” Pero una vez que abres los ojos te das cuenta que tu mini gimnasio casero no te da abastos, y que tu cuerpo ya no está como estaba cuando te esforzabas por mantenerte en forma, tu ropa ya no te queda y que de hecho tu cuerpo es un estándar mexicano con grado 1 de obesidad.

Todo comenzó cuando comencé a trabajar en mi puesto actual de diseñador en la maquiladora PENN-MEX, pesaba alrededor de 125 kilos, (mido 1.70) y usaba 40 de pantalón, y en verdad no me importaba mi apariencia física, después de haber pasado por tantos altibajos en mi vida, era lo menos que me importaba, lo único que importaba era que había encontrado un trabajo estable que requería título universitario y que tenía buen sueldo, después de ganar 300 pesos a la semana repartiendo volantes en un módulo de “Paisano” en la caseta de cobro, llegar a ganar lo que empecé a ganar en mi trabajo actual fue una mejora impresionante. Es por eso que mi apariencia no me importaba, no me importaba que dijeran de mí, no me importaba nada, solo quería mantenerme estable y aislado de la sociedad que ya muchas veces me había dado la espalda.

Un dia de Julio debido a mi temperamento y a que tengo “la mecha bien corta” hice un coraje en el trabajo de proporciones bíblicas, tanto que se me bajo la presión como nunca (era normal porque era obeso) y tuve que ir a la enfermería, la doctora (amiga mía) me dijo que debía de hacer algo con mi alimentación y con mi estilo de vida, ignore la advertencia/consejo y fui a el departamento de personal para que me hicieran un Memo de salida temporal porque había tenido que ir al seguro. Platicando dentro de la oficina se encontraba un mecánico y la encargada de recursos humanos, salió mi tema y el mecánico dijo: “Es que, el Peter, es gordito pues fue en ese preciso momento en que lo decidí: “Voy a entrar al gimnasio”

Asesorado por mi hermano quien se dedicaba de lleno al baseball y entrenaba bien duro decidí hacerlo al próximo mes, para perder el miedo, comprarme mis suplementos etcétera. Inicie el dia 9 de agosto del 2010 en el gimnasio municipal de Magdalena, ya que el gimnasio al que había asistido de niño (a hacerle al loco) ya no estaba funcionando. Mi hermano y yo íbamos juntos, rápidamente el entrenador del gimnasio municipal se ofreció entrenar a mi hermano para que compitiera en la categoría de 70KG de físico-constructivismo en Hermosillo (no recuerdo bien) porque le había visto bastante potencial. Fue ahí cuando empecé a leer, averiguar rutinas de ejercicio, planes alimenticios y demás cosas que se debe saber para llegar a tu objetivo. Me empape de todo la información que pude incluyendo temas sobre genética y tipos de cuerpo si mi hermano tiene ese cuerpo… ¡yo también puedo!” eso fue lo primero que pensé al leer sobre la genética cosa que hizo que mi motivación se disparara por los cielos. A los pocos meses (alrededor de Noviembre y Diciembre de ese año) pesaba 107 Kilos, mi hermano y el entrenador se encontraban platicando de la competencia a la que iban a ir. Se me ocurrió comentar como orgullo y motivación el hecho de mi increíblemente rápida pérdida de peso: “Ya ando en 107 kilos! Y uso 36 de pantalón, kiovole! Y ¡a lo mejor para dentro de unos dos años le puedo entrar a competir yo también!” y esta fue la frase que me mato pero me hizo echarle muchísimas más ganas: “hahaha ¿2 años? Yo creo que más”. Mi mente se nublo por completo, mi motivación se fue por los suelos ese dia viernes, pero el lunes siguiente mis ganas de demostrarle al mundo que se equivocaban eran inmensas, las risas de burla e incredulidad me motivarían más y más. Ya tenía el conocimiento suficiente, los siguientes meses seguí investigando incansablemente de rutinas, técnicas, dietas, en fin, llegue a un punto en el que conocía exactamente que debía comer como debía de comerlo y como debía de entrenar para que mi cuerpo cambiara a mi placer. Al cabo de tan solo 1 año ya usaba 30 de pantalón y pesaba 85 kilos. Mis puntos se habían probado, cada cuerpo es diferente, trabaja diferente y procesa los alimentos diferentemente, los entrenadores de los gimnasios no te dan la formula exacta ya sea por flojera, incompetencia, ignorancia, o por la más malévola de las razones, hacer más dinero a costillas de tu salud.

Abrieron de nuevo el gimnasio que tantos recuerdos me traía de cuando era niño (de unos 13 o 14 años) e iba a hacerme pendejo con las maquinas, pero me creía porque iba al gym. Inmediatamente hice la transición, para ese entonces mi hermano ya había competido algunas veces y yo era el caso motivacional entre muchos conocidos y varios amigos cercanos, el clásico de “como le hiciste!? Que comes!? Qué bien te ves! Me entrenas!? Me podrías dar una rutina!?” éramos como unas pseudo-celebridades en ese ambiente, o al menos eso parecía y así lo sentía.

Para marzo del 2012 tuve mi primer lesión brutal en la parte baja de la espalda mientras hacía peso muerto, cosa que me dejo sin ir 1 mes para poder recuperarme, ese mes no pude moverme bien en lo absoluto, no podía dormir, no podía sentarme y cuando me sentaba no podía levantarme, no podía estirar las piernas… era un dolor insoportable cosa que hizo que le tuviera miedo a hacer peso muerto, uno de los ejercicios más básicos y chingones de todos los ejercicios, no solo de espalda, sino de cuerpo completo. Volví, sin hacer mi rutina como se debía, mi cuerpo aún conservaba una buena forma y aun pesaba mis menos de 87 kilos, era más máquina que hombre. A pesar de la lesión mi concentración y enfoque siempre fue el mismo. Meses después, volvió la lesión esta vez haciendo remo de espalda. Fue ahí cuando dije “debo dejar de hacer espalda por un tiempo hasta recuperarme por completo”

Comencé a ir esporádicamente, un dia si, dos días no, etc. Mi confianza era tanta que ya no me importaba, tiempo después decidí entrenar MMA en lo que me recuperaba, después me di cuenta que los horarios no van conmigo ni con mi estilo de vida. Para ese entonces ya tenía 7 meses que no iba al gimnasio, al año seguía viéndome bien pero con la ropa un poco más apretada. Cosa que no me gustaba para nada. Me empecé a hacer ideas de que no ocupaba al gimnasio porque ya estaba como quería, que nomás necesitaba conservarme y estupideces de esas, por lo que me compre una banca, una barra y unas mancuernas “suficiente para entrenar en casa y conservarme como quiero” ¡ERROR! El clima, y el hecho de saber que puedes hacer a la hora que se te antoje sin pagar fueron factores determinantes para que mi inasistencia al gimnasio se aplazara hasta 1 año y medio! (aproximadamente) pesando 105 kilos de nuevo y usando casi 36 de pantalón de nuevo, decidí volver entrando el año sin muchas excusas para volver a donde estaba; a un punto en el que me sentía cómodo como me percibía la sociedad y como me sentía físicamente, la sociedad no importa tanto, pero la actividad física rutinaria es tan importante, que si no la realizas te conviertes en una bestia sedentaria incapaz de realizar cualquier función que requiera movimiento de las extremidades. Hasta para amarrarte los zapatos haces un ruidito así de ‘’oooooiiii’’  cuando te agachas. Pinche humillante. Una vez que te pones en movimiento de nuevo hasta tus ganas de vivir aumentan, tu cuerpo está invadido de endorfinas y lo único que te importa es la sensación que tienes en tus músculos después de un dia de duro entrenamiento.

Mi novia me tomo una serie de fotos el dia 10 de enero, para que tiempo después les pueda mostrar un antes y después de mi cambio físico a base de dieta y ejercicio, obviamente rompiendo esquemas y pensando fuera de la caja como siempre lo he hecho.

Hice este blog para recomendar a toda la gente que me pide o pedía ayuda, para que ya los “entrenadores” no les sigan viendo la cara, o metiendo ideas erradas de lo que es entrenar, Plomest In Shape, esta para servir a la gente que en realidad quiere cambiar su estado físico y su salud en general.

Sin muchos pedos, aquí te vamos a decir la verdad, que funciona y que no.

Espero disfruten de mi esfuerzo por aconsejarlos y entretenerlos en el proceso.


-Peter Muñoz


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